sábado, 6 de diciembre de 2008

30 años de Constitución. Ahora hay que cambiar

Hoy se cumplen 30 años del nacimiento de la Constitución Española. Han pasado 30 años con el mismo texto básico normativo en el país, con dos modificaciones que fueron pequeños parches necesarios para la integración europea. En 30 años España ha cambiado mucho. Pasamos de un Estado centralista dictatorial y hemos ido evolucionando hacia una cada vez más acentuada descentralización, a la vez que una estabilidad democrática. Sin embargo esta estabilidad a veces puede ser alterada por esos procesos de descentralización, que no se hacen debidamente, sino que muchas veces se hacen con intenciones no muy acordes con el sistema.

Hace falta cambiar algo en nuestro sistema territorial. Hoy en día está cojo, y las únicas maneras de representar a los territorios en el sistema estatal es mediante diputados de partidos nacionalistas. Es decir, gente cuya labor debería ser representar los intereses del Estado utilizan su cargo para defender asuntos de un territorio concreto. A mí esto no me cuadra, además que muchas veces, por juegos de negociaciones para aprobar leyes generales, que afectan a todos los ciudadanos, las regiones con partidos nacionalistas en el Congreso acaban obteniendo algún beneficio porque esos diputados se vuelven clave a la hora de dichas negociaciones. Esta es la forma indebida de hacer la descentralización: aprovechándose de su necesidad a la hora de aprobar leyes generales para todo el Estado.

¿Cómo debería hacerse entonces? Con cargos dentro del sistema estatal cuuya función sea representar una región: senadores. Se necesita una reforma del Senado por la cual sus miembros sean verdaderos representantes oficiales de las Comunidades Autónomas dentro de las instituciones del Estado, y de esa forma tratar en una Cámara todos los temas de tipo territorial, donde se puedan debatir, negociar y legislar por miembros de todas las CCAA. A su vez, mediante esta Cámara exclusiva para asuntos territoriales, éstos se sacarían del Congreso, dejando la Cámara Baja para los asuntos de tipo socioeconómico, educativo, sanitario, medioambiental, etc. Es decir, todos los asuntos que afecten por igual al conjunto de los ciudadanos.

¿Cómo lograr eso? Primero, modificando la Constitución para darle al Senado esos poderes de representación territorial que supuestamente tiene y realmente son mentira, convirtiéndose hoy en día en una Cámara absurda donde el juego político es casi nulo. A su vez debería dejarse claro en la Carta Magna la división de materias a tratar entre las dos Cámaras, para así evitar posibles conflictos, que si los hubiera, dejarlo en manos del Tribunal Constitucional.

La segunda modificación sería la Ley Electoral. A la hora de elegir diputados al Congreso, debería promoverse la idea de una circunscripción electoral única para todo el país, en vez de las actuales provincias. De esta forma evitamos que haya sobrerrepresentación de partidos muy grandes en algunas provincias, pero pequeños a nivel nacional (los nacionalistas en gran medida), y que los grandes partidos nacionales que no lo son en provincias concretas no salgan infrarrepresentados (como son IU y algún otro como UPyD). A su vez, se evita la excesiva desigualdad del valor del voto entre provincias: en Soria obtener un diputado cuesta 10.000 votos, en Madrid o Barcelona los 230.000. Con una circunscripción unificada cada voto vale lo mismo, además, se evita el filtro tan grande que hay con las provincias, que favorece la idea del voto útil al saber que, por ejemplo un soriano que eligen 3 diputados, nunca obtendrá uno de ellos IU, y acabará votando al PSOE por ejemplo. Sin embargo esta lista única puede llevar a una excesiva dispersión del voto a partidos muy pequeños, pero eso se puede resolver como se hace en casi todos los países con lista única, mediante un filtro de paso: que solo puedan conseguir diputados los partidos que obtuvieron más de un 3 ó un 4% de los votos nacionales. Con todas estas reformas se conserguiría un voto más afín a la ideología, ante partidos con propuestas políticas de tipo nacional y dentro de un marco más grande de partidos (no solo dos, sino 5 o 6) donde elegir.

En lo que respecta al Senado, la Ley Electoral debe quedarse clara de que debe ser para la elección de senadores que representen a las CCAA. Por ello, la circunscripción electoral para elegir los senadores debe ser la Comunidad Autónoma. Los senadores por cada CA debe oscilar entre 4 y 7, dependiendo de la población de la CA. Para así obtener una cierta paridad entre todas las CCAA, pero sin excederse. Los senadores deberían votarse a la vez que las elecciones autonómicas, para así tengan una cierta coincidencia con los Gobiernos autonómicos, aunque no tendría por qué: una persona puede votar al partido X en el Gobierno de su región, y al partido Y para senador por su región, sabiendo que en ambos casos los partidos van a representar los intereseses de la CA, cada una en un sitio distinto.

Con todo este mogollón de reformas, resumibles en un Senado Autonómico y un Congreso unitario general, se obtendría una mejor llevanza de los asuntos de todo el Estado (con más propuestas alternativas al haber más partidos), a la vez que un mejor sistema para canalizar las demandas territoriales de las CCAA, de forma más oficial y representativa.

No hay comentarios: