miércoles, 10 de diciembre de 2008

Sobre el Plan Bolonia (II)

Hace unos días hice un artículo donde explicaba lo que es el Plan Bolonia, en el que bastante gente me comentó que le sirivó para hacerse una idea de lo que es realmente, debido a la gran desinformación que hay sobre este tema. Sin embargo, mucha gente me comentó que aún así no tenían claras muchas cosas, sobre todo entre los límites de lo que es el Plan Bolonia de lo que no.

Para hacer una diferenciación de lo que es Plan Bolonia de lo que no lo es pondré un ejemplo. Imaginaros que el Estado hace una Ley por la cual se propone que todos los Ayuntamientos construyan más carriles-bici. Para ello establece unos criterios de calidad, unas directrices para que más o menos las normas sobre los carriles bici de toda España se parezcan y así los ciclistas no se líen a la hora de cambiar de un municipio a otro. Resulta que en un municipio, ese carril bici va a tener un 50% de la financiación por empresas privadas porque el Ayuntamiento ha considerado que prefiere dar gran parte de sus presupuestos a otros menesteres, y la gente sale a las calles en contra del carril bici de forma rotunda porque implica la entrada de las empresa privadas en la gestión de las vías públicas. No aparecen más que eslóganes diciendo no al carril bici y en contra de la Ley del carri bici que aprobó el Estado por promover la entrada de empresas privadas en la gestión de vías públicas. Ahora me pregunto yo: ¿Esa gente está en contra del carril bici, o más bien de que el carril bici lo financie en parte las empresas? Y si es lo segundo, ¿por qué piden la derogación de la Ley del carril bici? Esto es igual que lo que pasa con los movimientos antiBolonia.

El Plan Bolonia es un buen plan. Va a mejorar la calidad de la enseñanza, no solo en términos de rentabilidad económica, sino en términos de mejora del conocimiento. Allá donde se ha implantado ya correctamente, se comprueba una mejor calidad de la educación, a la vez que una mejor adaptación de los estudios a los gustos de los estudiantes. El problema del Plan Bolonia es cómo se va a financiar y cómo se va a aplicar aquí, y unas cuantas medidas que se han aprovechado a hacer a la vez que el establecimiento del nuevo plan.

Entre esas medidas que no son el Plan Bolonia y que se están haciendo a la vez están la reducción de carreras. En el post anterior este fue quizás el tema que me quedó más borroso para explicar. Y es que sí se está llevando a cabo una reducción de carreras en el ámbito de las Humanidades especialmente. Aunque muchas de ellas se agrupan dentro del grado en las materias comunes que solían tener, y posteriormente, las materias que disntiguían unas de otras se imparten en los másteres, habiendo entonces el Grado de Historia y luego el Máster de Historia del Arte. No sé si esto funcionará mejor o no, y en todo caso es muy discutible, y da derecho a aquellos que estén en contra de estas reducciones de carreras a la manifestación y la reivindicación para evitar que esas carreras desaparezcan o se reduzcan hasta la casi nimiedad. Sin embargo, esta medida no viene del Plan Bolonia. En el Plan Bolonia se habla de armonizar las carreras entre todos los países miembros para que tengan contenidos similares, pero no por ello tienen que desaparecer ciertas carreras que puedan ser peculiares de aquí. Cada país mantiene sus peculiaridades, y para mi entender la Historia del Arte por ejemplo puede ser algo básico de la cultura en España. PEro ahora bien, si hay que reivindicar por el mantenimiento de la Historia del Arte no culpemos a Bolonia como culpable. El Plan no dice nada de hacer desaparecer carreras. Esto es una normativa aparte hecha por el Gobierno, justificada con las razones que sea, y ante la cual uno puede discrepar, pero no en nombre de Bolonia.

El otro gran problema de los movimientos antiBolonia es la vinculación directa Plan Bolonia = Empresas en la Universidad. Esta es otra de las grandes falacias. Como en el caso del carril bici, la culpa aquí no es de la UE, creadora de Plan Bolonia, sino de cómo se va a costear el Plan en nuestro Estado y en nuestras Comunidades Autónomas. El Plan Bolonia requiere de más años en la universidad, y por lo tanto de más gastos. Tampoco pueden reducir esos gastos porque a las universidades se les exigen unos patrones claros y unos requisitos mínimos de calidad. Por lo tanto tienen unos gastos que no pueden eliminar, porque anteponen la calidad de la enseñanza que un excesivo recorte de gastos. Sin embargo, las universidades tienen muy limitadas sus opciones de ingresos propios, y todas aquellas opciones siempre afectarían al estudiante, que normalmente es una persona sin ingresos y se vería muy afectada, por lo tanto, si por ejemplo subiera las tasas para poder cubrir esos gastos y no se hace nada más (ver en el artículo anterior las becas-préstamo), alguien que no pueda permitirse el pago de esas tasas no podría ir a la universidad. Por lo tanto, las universidades buscan fuentes de ingresos fuera de sus posibilidades, y tienen dos opciones: financiación por entidades públicas (por los impuestos) o por entidades privadas (con ciertos intereses de rentabilidad, es decir, como éstas hicieran inversiones). Si no consiguen las universidades ese dinero por las entidades públicas, pues entonces, antes que bajar la calidad de la enseñanza, aceptan la entrada de capital privado, que a fin de cuentas es otra forma de bajar la calidad de la enseñanza, sobre todo en carreras no rentables.

¿Cuál es el problema entonces? La ausencia de financiación pública que evita que las universidades tengan que acudir a las empresas privadas para obtener ese dinero que cubra sus gastos, y así evitar que aparezcan en la gestión de la universidad directrices de rentabilidad pura. Pero vuelvo a insistir. Que entren las empresas en la universidad, que no haya dinero público para cubrir los gastos de la univerisdad no es un problema que surja del Plan Bolonia. Puede verse como que Bolonia hace más costosa la universidad, pero es que mejorará y mucho la calidad del sistema educativo. Y sinceramente, una sociedad que realmente defienda la calidad educativa sobre todas las cosas no estaría en contra del Plan Bolonia, sino de la carencia de recursos para el Plan Bolonia. La gente se debería manifestar por una universidad pública, por una mejor financiación de las universidades, pero a favor de Bolonia. Porque Bolonia es un buen plan, pero necesita de unas medidas complementarias, y éstas son las que hay que exigir que se hagan bien.

Salgamos a exigir una universidad pública de verdad, por una mejor financiación para Bolonia. Por evitar que la LOU (y no Bolonia) reduzca las carreras. Pero no digamos No a Bolonia porque no lleva a ningún lado.

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