lunes, 8 de diciembre de 2008

Green Deal

Estos días hay una cumbre sobre el clima en Poznan (Polonia), donde se está intentando crear un tratado que sustituya al de Kioto, que expira en 2012. Entre las muchas propuestas y temas tratados, hay una que me ha llamado la atención por su gran utilidad sobre todo ahora en tiempos de crisis económica.

Después del crack del 29, los americanos se encontraban con una tasa de desempleo desorbitada, y una economía totalmente paralizada. Es obvio que a mayor desempleo, menor consumo, y por ello menor generación de empleo, y no habría salida. Sin embargo, un economista británico llamado Keynes, en manos del gobierno de Roosevelt, propuso que para salir de la crisis el gobierno debería promover la obra pública, para así generar empleo, y así inventivar el consumo, y volveríamos al ciclo capitalista habitual. Esa idea se puso a prueba y se comprobó la gran efectividad que tuvo. Pues bien, lago así se necesita hacer para salir de esta crisis y soliviantar el efecto más dañino que tiene: el desempleo. Pero además, se mejoran las infraestructuras en gran medida. Antes fueron autopistas y vías de tren. Hoy nos encontramos con otro sector que necesita renovarse mucho y que requiere de una reforma de infraestructuras: la energía.

Los países occidentales e industriales en general tienen un problema grave en cuanto a la obsoloscencia de sus medios de obtención de energía. Se necesita una renovación de sus producciones de energía, ya no solo porque las centrales electricas sean antiguas, sino por los medios de obtener esa energía. Me parece prehistórico saber que en España quedan todavía una gran cantidad de centrales funcionando con carbón, cuando se está hablando del inmenso daño que produce al medio ambiente. Pero no solo el carbón, sino el petróleo o el gas, que en gran medida nos hace dependientes de agentes externos, y limita nuestra libertad de actuación respecto a esos agentes, haciéndonos víctimas de todos los vaivenes que puedan sufrir, como puede ser el alza o baja de los precios del petróleo.

Por lo tanto, una propuesta de gasto público para crear infraestructuras de energías renovables tiene las ventajas de generar empleo (y así incentivar el consumo, generando así más empleo), jubilar las centrales más contaminantes, y lograr una mayor independencia energética respecto al mercado alterado del petróleo, para así tener una mayor estabilidad en los precios.

Sin embargo, esto tiene unos inconvenientes. Ahora mismo el precio del petróleo está muy bajo, y eso no favorece a políticas encaminadas a alternativas, sobre todo si requieren de un elevado coste. También está el inconveniente de que los países en vías de desarrollo no se pueden permitir el "lujo" de cambiar su parque energético, obstaculizando su carrera incesante en obtener una mayor competitividad. Sin embargo, no se ha hecho énfaisis en que una especialización en tecnología renovable les podría poner a la cabeza de las economías mundiales en pocos años. Además, otro de los inconvenientes clásicos (la oposición de EEUU) va a dejar de serlo, sobre todo gracias al convencimiento de Obama a la perspectiva generadora de empleo de la inversión en infraestructuras renovables.

La crisis económica puede servir para que el planeta deje de ser tan contaminante, y se vaya instaurando medidas medioambientales, ya que los contaminantes también piden dinero a los gobiernos, y éstos, si realmente están conciendados, pueden ponerles condiciones de menor contaminación para entrgarles ese dinero, como pretende hacer Obama con las automovilísticas americanas.

Debemos promover que nuestros gobiernos hagan políticas de Green Deal para salir de la crisis. Así, cuando hayamos salido, al menos habremos cambiado nuestra red energética.

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