domingo, 1 de marzo de 2009

Medidas para salir de la crisis (I)

No soy un experto en economía. No curso estudios económicos, sino de derecho y políticas, y mi opinión como sabio en la materia no debe tener mucha validez. Sin embargo, me apetece. Quiero gritar en mi humilde opinión lo que considero puede ser un canon de medidas, una especie de compendio de soluciones que van soltando poco a poco los grandes expertos en la materia. Pero quizás no debería decir de cómo salir de la crisis, sino más bien una vez fuera, qué hacer para evitar otra crisis en España. Para ello voy a intentar organizar mis propuestas en distintos apartados separados por temas, que supongo haré en más de un post.

A. Comenzaré por una de las piezas clave de la crisis, especialmente en lo que concierne a la economía española: la vivienda como inversión. Ya comenté en otro post que el problema de la vivienda ha sido convertirla en una forma de inversión, en un instrumento de especulación a largo plazo. Eso se ha debido a las fáciles condiciones que ha habido para construir viviendas sin mucho control que digamos. Por qué se han construido tantas casas se debe a tres grandes factores:
  1. La Ley del suelo que creó el Partido Popular en 1998 permitía convertir en casi todo el territorio español en urbanizable y urbano, siendo la excepción las zonas protegidas. Su intención era, o al menos eso decían, que con una mayor oferta de suelo urbanizable bajaría el precio del suelo. Sin embargo ocurrió todo lo contrario, porque al haber tal cantidad de demanda de suelo para construir pisos destinados a la especulación, y no al uso vivienda, los precios siguieron subiendo por una sencilla razón: subió la oferta (que tiende a reducir el precio), pero la demanda subió mucho más (que tiende a subir el precio). Esto se debió fundamentalmente por la ausencia de controles en las construcciones y en los usos de esos pisos. ¿Qué hubiera pasado si esta Ley del suelo hubiera sido más restrictivia? ¿Que hubieran sido más caros los pisos? No, porque al no haber tanta oferta, los precios subirían más rápido, cosa que ahuyentaría a los especuladores, y por lo tanto el precio habría subido más deprisa, pero mucho menos. Además, como medida extra, no nos hubiéramos cargado el litoral mediterráneo y atlántico, algo que tendremos que llorar para siempre por culpa de una sedienta horda de avariciosos.
  2. La perspectiva de un inmensísimo territorio que explotar y en el que construir era algo que a las entidades financieras les parecía un negocio redondo. Los bancos vieron las gallinas de los huevos de oro en este mundo, pero no porque ellas construyeran, que también, sino porque les iba a permitir conceder más créditos con los que, mediante intereses, se van forrando cada vez más. De ahí que los bancos emitieran créditos a tan largo plazo. A esta creciente demanda de comprar casas, los bancos respondieron con una adecuación clara a su favor. En vez de cerrar el grifo y así espantar especuladores, cada vez ponían más facilidades en un mercado que cada vez era más inestable, donde los precios se iban volviendo abusivos a marchas forzadas, y todo por la facilidad que tenían los especuladores de obtener dinero para comprar casas. Esos especuladores con dinero engordaban la bolsa de demandantes de vivienda, y volviendo a lo mismo, al subir la demanda, sube el precio, hasta que este se volvió insostenible. Si hubieran sido más realistas y no tan avariciosos, esto se podría haber parado hace tiempo, pero esto ya lo comenté en otro post con mayor consideración.
  3. Pero no toda la culpa es de especuladores y de bancos, sino también de una apatía por parte de las instituciones públicas para regular el uso vivienda de los pisos. Así es. A muchas instituciones públicas les venía bien que la construcción tirara del empleo y de la economía española mientras ellos estuviesen en el poder, porque eso significaba que hasta las próximas elecciones todo iba a ir bien. No interesaba cortarle las alas a esa gallina de huevos de oro, y de ahí la ausencia total de medidas tendentes a asegurar la construcción de pisos para uso vivienda, y no para usos especulativos y de inversión. Si se hubieran construido muchas más VPO's a precio de coste o a poco más, veríamos cómo los precios de los otros pisos hubieran bajado (al haber oferta barata, por la regla de la competitividad, los otros ofertantes bajan el precio también). Además, si le hubiéramos añadido una subida en el IRPF en la partida encargada de gravar las viviendas desocupadas, habríamos espantado a los especuladores, y por lo tanto haber reducido la demanda, lo que provoca no subir los precios. Muchas más medidas, tales como una mayor control de transparencia en las cuentas de las constructoras hubiera servido además para ahuyentar de este sector estratégico al blanqueo de dinero, principal motivo de la especulación urbanística en este país.
Este es solo uno de los problemas de la crisis económica que se pudiera haber evitado, y que se debe de controlar para posibles efectos futuros. El próximo día trataré el tema de la construcción como sector del empleo

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