martes, 10 de febrero de 2009

Adiós Eluana

Si la situación de Eluana era vivir, el ser humano ya es capaz de vivir eternamente. Hemos descubierto la inmortalidad. Así es, podemos ser inmortales, podemos vivir hasta que los relojes se paren sin necesidad de ser congelados en una cámara. Sólo hay que estar enchufados a unas máquinas que respiren y hagan circular la sangre por tu cuerpo inactivo. Podemos vivir eternamente, ¿pero cómo?

¿Acaso vivir es no tener conciencia? ¿Acaso vivir es no sentir? ¿Acaso vivir es depender de que vivas de unas máquinas que hacen todo lo físico por tí, y lo psicológico desapareció? Para mí, eso no es vivir, eso es mantener un cuerpo activo, pero no vivir.

¿Dónde está aquello que nos hace realmente vivos? En nuestra mente. Alguien vivo es alguien que puede sentir lo que le rodea. Puede tener sentimientos tanto físicos como psicológicos. Es capaz de darse cuenta de los que están alrededor suyo le tratan bien, le quieren o le desprecian. Es capaz de comprender y de tener una propia conciencia. Alguien que está vivo es que tiene un "alma".

Sí. Quiero recuperar este término tan religioso para poder permitirnos identificar supuestos nuevos, pero sin recuperar la relación tradicional con dios. Las fronteras que la tecnología ha desdibujado sobre la vida y la muerte necesitan de nuevas aclaraciones, y cada uno de estos casos nos sirven para razonar a toda la humanidad dónde está el límite. Y el alma nos puede servir para ello. El alma es ese conjunto de sensaciones cerebrales, mentales y físicas que nos permiten disfrutar de la vida. Alguien con alma es alguien que comprende la vida, por muy dura que sea, y es capaz de sacar siempre algo positivo de ella. Alguien con alma es alguien que puede querer o sentirse querido, pero también odiar y sentirse odiado. Alguien con alma es alguien capaz de saber, aun ligeramente, que alguien le cuida, aunque no sea capaz de describirlo. Alguien con alma es alguien realmente vivo.

Los animales también sienten y pueden querer, quizás no a nivel racional pero sí instintivamente. Sin embargo, viven en este sentido. Las plantas también viven en el sentido físico de la palabra, pero no sienten nada, ni siquiera por instinto. Las plantas simplemente se alimentan, crecen y se reproducen sin ningún tipo de raciocinio. ¿Viven las plantas? Sí, ccomo vegetales que cumplen su función de vegetales, por eso viven. Si un ser humano vive como un vegetal, le falta algo para cumplir su función como ser humano: el alma.

¿Cuándo perdió Eluana su alma? Cuando sus constantes cerebrales se detuvieron. Quizás esto muchas veces no sea un momento exacto determinable, pero el paso del tiempo establece este hecho, y 17 años, o un día, pueden valer para saberlo. Pues aunque la ciencia pueda mantener nuestro corazón latiendo, todavía no hemos descubierto cómo reiniciar el cerebro, la otra pieza esencial para la vida humana. Sin un cerebro suficiente para conocer (de cognosctivo), el cuerpo con vida es algo inerte, vegetal, desalmado. Es algo sin vida, aunque siga vivo.

Dejarla morir no es matar, es realmente dejar seguir el verdadero curso de la naturaleza, aquél que fue alterado por las máquinas de una forma parcial, basados en una idea de última esperanza que es muy loable pero que en muchas veces, como en este caso, es una esperanza ciega a la realidad. Pues Eluana no volvería a vivir, aunque su cuerpo funcionase.

He aquí el problema: dos conceptos de vida. El primero sería el del "alma", y el segundo el fisiológico. Muchas veces no es claro definirlos, sobre todo porque se usa el mismo término (vivir), pero quizás para poderlo determinar mejor se puede contemplar desde el punto de vista negativo, habiendo entonces el término de "dejar de vivir" y otro "morir". El primero, más abstracto y novedoso, es el que ocurre en el momento de perder el alma. El segundo es cuando el cuerpo se apaga. Por eso Eluana dejó de vivir hace tiempo, pero murió ayer, y por ello, todo mi respeto por ella.

Descansa en paz Eluana, tanto en cuerpo como en "alma".

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