jueves, 5 de marzo de 2009

Medidas para la crisis (II)

B. Una vez analizada la pieza clave, el pilar de todo nuestro tinglao, es hora de ir desgranando las consecuencias que ha ido provocando. Ya que se ha visto que una Ley del Suelo más flexible no es la solución, sino que solo ha servido para cargarse el entorno natural español, y la urgente necesidad de un control público del mercado inmobiliario, ahora toca echarle el ojo a los problemas causados por el (des)empleo en el sector de la construcción.

No cabe duda que este ha sido la fuente de maná de generación de empleo, llegando a cotas que rozaban el pleno empleo, incluso con una exponencialmente creciente inmigración, que era absorbida en gran medida por este sector tan falseado, tan engordado por aire puro. Creo que no soy el más adecuado para tratar este tema, ya que hay mucha, muchísima más gente que sabrá la basura que ha sido esta política de laissez faire laboral, en la que ni una sola administración pública intentó redirigir toda esa mano de obra hacia otros sectores menos fluctuantes, más estructurales y más tendentes hacia un empleo de calidad y de duración, como la industria de media-alta tecnología o sectores innovadores como las energías renovables.
  • ¿Por qué ninguna administración ha puesto algo de su parte? Porque la construcción es una fuente de ingresos fundamental para los ayuntamientos. Existe un impuesto municipal conocido como Impuesto de Plusvalía que estaba manteniendo al 99% de los ayuntamientos de este país. De ahí que todos los pueblos, desde Villatempujo de Abajo a Madrid, no hayan parado de construir y de promover más y más construcciones, porque con cada venta de un inmueble se estaban llevando un porrón de dinero. De ahí la pasividad municipal, y indirectamente de todas las administraciones: impuesto que se basa en la construcción y la transmisión de inmuebles + ley del suelo que considera todo urbanizable = codicia municipal. En añadidura, todos los problemas de corrupción urbanística.
  • ¿Cómo resolver este punto? Bueno, pues con una Ley del Suelo más exigente y con unos Informes vinculantes de las altas administraciones -inlcuyendo la UE-, ya no solo de la viabilidad ambiental, sino de la necesariedad como uso vivienda de todas esas nuevas casa incluidas en algún plan de ordenación urbana. Y si hace falta destruir, que se derrumben casas. Nada de "hechos consumados".
  • Por otro lado, a las administraciones públicas (ni privadas) no les ha preocupado el problema de dónde trabajaba la gente porque la gente trabajaba. Menos quebraderos de cabeza. ¿Para qué preocuparse del tipo de trabajo que hace la gente, si tienen un trabajo? Pero yo me pregunto: si hay alguien en este país que debiera pensar en el control de dónde curra la gente, ¿no son las Administraciones Públicas? Tampoco quiero decir que el gobierno nos diga en qué debemos trabajar, pero ha de ser el promotor de crear incentivos de toda índole para dirigir el empleo hacia donde se considere relevante. Y eso no se ha hecho.
Estas piezas, esta dejadez de gobiernos de todo partido (PP, PSOE, IU, nacionalistas), por culpa de una normativa favorable a la construcción es la culpable de haber inflado la burbuja inmobiliaria y, con ella, el sector laboral de la construcción.

Pero ¿qué hacer ahora para que esto no vuelva a ocurrir? Dos políticas fundamentales: mejora clara del sistema educativo y promoción de sectores punteros, que vayan desde la industria ambiental a la biotecnología, pasando por industria avanzada de marca propia. Esto lo dejaré para una tercera parte

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