jueves, 29 de enero de 2009

Adivina adivinanza

Adivinen de quién estoy hablando. Es algo que ha pasado en la historia de la humanidad.

Un país que sufrió las bombas de su vecino, con colaboración de sus fieles aliados, y que acabó perdiendo, sometido entonces a las decisiones duras y bruscas de su vecino vencedor, que quería imponer una venganza por las bombas que este país les envió. Con el paso del tiempo, este país no salía adelante de ninguna manera, y muchos culpaban a la actitud prepotente de su vecino, encargado de vigilar los recursos más importantes, a la vez que impedir un rearme posible de este país.

Los gobernantes de este país tenían las manos atadas por las decisiones de su vecino, aparte de que muchos de ellos estaban bien corruptos. Esto produjo que no pudieran llevar a cabo una política social estable, creciendo el desempleo y la pobreza, y por ende, el desprestigio popular ante ese gobierno. En respuesta, un pequeño grupo aunque bastante conocido, comenzó a cubrir esos servicios sociales entre los más pobres mediante voluntarios. Poco a poco construyeron una red de educación, asistencia sanitaria básica, guarderías y de seguros que les dio una importante legitimidad entre ese sector de la población. Además, esat red les sirvió para adoctrinar a la empobrecida gente, y así ganar más adeptos a sus doctrinas beligerantes de venganza ante sus enemigos, aquellos que provocaban aquella pobreza tan extrema. Esos enemigos, sus vecinos, como hemos dicho, no paraban de evitar que este país pudiera florecer, ya que controlaban los medios y corrompían a sus gobernantes.
Un día, esta organización beligerante dueña de la red de servicios sociales más grande del país decidió presentarse a unas elecciones. Sus propuestas eran claras: eliminar al vecino opresor, luchar contra el enemigo interno y establecer una doctrina ideológica muy severa, cuyos principios estaban basados en una rara interpretación de las reflexiones de un gran sabio. Curiosamente, este grupo de radicales locos ganaron las elecciones, probablemente por esos servicios sociales y por el desprestigio del ineficiente gobierno, pero sobre todo porque tenían en su favor a un pueblo cansado de sufrir calamidades, como un aumento constante de los precios, por culpa de las imposiciones imperialistas de su vecino y sus aliados. Quizás ganaron por una pobreza extrema que legitimó su posicionamiento.
Este grupo, al ganar, comenzó a llevar a cabo sus propuestas tan ideologizadas, a atacar a su vecino opresor, y a intentar eliminar a su enemigo interno, que eran aquellos que defendían al gobierno anterior.

¿De quién hablo? ¿De la Alemania Nazi o de la Palestina de Hamás?

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