jueves, 14 de mayo de 2009

Vuelve la sombra de il Duce a Italia

Criminales? Criminales de qué? Por pretender huir de la pobreza extrema? Por buscar una alternativa a la muerte de sus hijos? Por buscar una última esperanza? Criminal por sufrir los saqueos de empresas procedentes de ese país, como ocurre en Eritrea?

El único criminal, y de delitos de lesa humanidad, es el señor Berlusconi. Por su culpa morirán -sí, morirán- miles de personas. Si a partir de ahora todo funcionario público -profesor, médico, etc- puede convertirse en cómplice de un crimen si no denuncian a un inmigrante ilegal, cuál de ellos se atreverá a ejercer alguno de sus derechos humanos, como el derecho a la protección de la vida? Cuál de esas personas, seres humanos, se atreverá a ejercer su derecho a la educación, si puede acabar en una cárcel, o peor, un centro de internamiento de ilegales? Estos centros, son grandes áreas valladas con doble alambrada donde encontraremos a gentes de otras razas, etnias o culturas distintas a la italiana. Me recuerda a otro momento de la historia.

Dónde está la Carta Europea de Derechos Humanos? Dónde está la Humanidad de los políticos italianos, que tanto lucharon por dejar sufriendo a un alma en pena como Eluana, y ahora aúnan sus esfuerzos por asesinar indirectamente a miles de personas? Acaso han olvidado que ellos también fueron inmigrantes ilegales? Qué hubiera pasado si en Estados Unidos o en Argentina hubieran hecho lo mismo a principios del siglo XX?

Cada nueva decisión política que procede de Italia la va acercando temerosamente hacia su pasado olvidado: se ríe de la constitución haciendo normas reguladoras de derechos fundamentales a base de decretos, se mofa de Europa y de la Democracia haciendo listas con "belli ragazzi", le da más derechos a los perros de los italianos que a los propios inmigrantes, y además, consiente el lento y silencioso genocidio de los gitanos permitiendo las patrullas de barrio de nazis descerebrados fieles al Cavaliere, recuperando así las milicias partidistas. Por no hablar de los niveles de corrupción tolerados.

Italia sigue la senda del Fascismo, otra vez.


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