miércoles, 24 de septiembre de 2008

8 años de Bush

Por fin se va a acabar. Llegó el fin de lo que ha sido el mayor deterioro en política internacional no visto desde hace bastantes años. Por fin se marcha aquél que quiso ir más lejos de la razón y la lógica, y que por chulería patriótica, hizo caer la hegemonía americana por su propio peso.

Desde el 12 de septiembre de 2001 EEUU solo ha llevado una política prepotente y muy temeraria más allá de sus fronteras. Ha amenazado a enemigos dormidos, haciéndoles despertar, como Irán o Rusia. Ha logrado una casi unánime posición en Lationamérica de desprecio respecto a cómo ha usado EEUU sus vecinos continentales. Ha hecho dos terribles guerras, una medio justificada, la otra claramente una patada la Carta de Naciones Unidas, otra institución que, después de la guerra fría parecía ir cogiendo relevancia, ha vuelto a caer en la ignorancia.

Pero quizás lo que más daño ha hecho el señor Bush y sus políticas internacionales es la destrucción del optimismo hacia el futuro, como dice Fernando Vallespín en el artículo de hoy de EL País. Hoy en día los jóvenes ya no ven el futuro como algo que resuelva los problemas, sino que los empeorará y traerá nuevos. El pesimismo ante el cambio es más fuerte entre los ciudadanos, favoreciendo gobiernos conservadores y espantando el progreso. A fin de cuentas es lo que quería el señor Bush y sus coleguitas neocons: ¿Globalización? Sí, pero en la versión light económica industrial, por favor.

Ahora se ve que todo aquello que ha tocado este hombrecillo de coeficiente intelectual inferior a la media, al contrario que el Rey Midas, se ha ido convirtiendo en mierda, con perdón.
Todo aquello que pretendía se ha ido al garete: la fuerte economía financiera de las empresas americanas, el control absoluto de la energía mundial mediante una presión al petróleo, la "pax americana" con un estado hegemónico. Y además de no lograr sus objetivos nos deja como legado una lucha contra el cambio climático totalmente retrasada, una situación internacional cada vez más encendida, la erosión de las ideas progresistas y un pesimismo respecto al futuro, por no hablar del sistema financiero.

Gracias señor Bush, nos ha demostrado realmente que la persona que desempeñe el cargo de presidente de EEUU tiene más poder del que pensábamos, y es capaz de cargarse el planeta, y no sólo con el botón nuclear.

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