jueves, 23 de octubre de 2008

Se alquila casa por 3€ al mes

Sí, no es mentira, se alquilan por 3€ al mes una casa de madera de un piso 130m2, muy bien iluminada, con mobiliario incluido, y sobre todo, primera línea de playa, o incluso más. Y está además en el lugar más tranquilo del mundo: Tuvalu.
Los propietarios son una familia que vive en Nueva Zelanda y que alquilan la casa para aquel que la quiera, pero aunque parezca una ganga, esta casa tiene un ligero problema de humedades, ya que el mar la absorbe cada vez que suben las mareas de febrero a noviembre.
Como esta hay muchas más casas en el país menos poblado del mundo (salvo el Vaticano), y esto se debe a una doble combinación: una altura media de 2 sobre el nivel del mar y el aumento notable de las aguas por el cambio climático. El cementerio de una de las islas tuvo que cerrarse porque con cada subida de las mareas los cadáveres acababan flotando, y se ha obligado por ley a la incineración.
En el año 2001 el primer ministro de este minúsculo estado archipielágico pidió asilo de evacuación a los países colindantes. Ya hay muchos asilados climáticos en Nueva Zelanda, Fiji o Niue, pero aún quedan muchos allí, viendo cómo el agua del mar inunda todo, haciendo desaparecer algunas islas por más de un mes, obligándoles a vivir en una Venecia ficticia, y sin glamour, solo pobreza y desánimo. Dentro de poco más que Venecia, Tuvalu se identificará con la Atlántida, pues si nada (ni nadie) lo evita, será el primer país de la historia conocida que desaparecerá bajo las aguas, quedando los tuvaluanos como apátridas forzados para siempre a vivir en otras tierras.
Si alguien duda del cambio climático, que hable con un tuvaluano o vea esta web: www.thesinkingoftuvalu.com

jueves, 9 de octubre de 2008

La nueva sociedad de clases

Marx hablaba de que la historia era una lucha interminable de clases, y que la caída del capitalismo, la última fase de la historia, se debería por la victoria del proletariado frente a la burguesía. Eso no fue exactamente así, sino que la burguesía se mantuvo, y el proletariado mutó en gran parte en algo llamado clase media. Esta clase media hacía menos distinguible las clases sociales, y además era una clase social mucho más amplia que las anteriores, era la verdadera masa social, como si aglutinase a toda la población. Es tan grande que, algunos autores como Francis Fukuyama vaticinaron el fin de la historia, pero en un triunfo del capitalismo, por la extensión de la clase media en casi toda la población de los países desarrollados. Muy bien, ahora todos podemos consumir, tenemos sueldos medios más equiparados, con empleos que nos permiten ganar para vivir y tener caprichitos casi todos nosotros, pero aún hay algo que nos hace diferente, que realmente muestra distintas clases sociales, que la burguesía de antaño sigue ahí, al igual que hay trazos del proletariado que cada vez se muestran más. Vivimos en una sociedad donde ya casi nadie pasa hambre (hablo de Occidente), donde esa necesidad ya está cubierta, pero queda otra por cubrir: la de una vivienda propia donde llevar una vida independiente y propia.

Pero, si antes era la propiedad de los factores de producción lo que distinguía las clases, hoy en día es otro tipo de titularidad: la del contrato de hipoteca. Se puede hablar de tres clases sociales derivadas de la posición que tienen respecto del contrato de hipoteca:
- Clases hipotecantes: Son aquellos que prestan el dinero a cambio del cobro de unos intereses, además del gravamen del bien del hipotecado o de su compañero el avalante. Pero el problema no es el contrato en sí, sino para qué se utiliza y cómo. Pues se usa para pagar un bien necesario e indispensable como la vivienda, y, como saben de la necesidad de ese bien, las clases hipotecantes aprovechan ese estado de necesidad del hipotecado para subir el interés y explotar económicamente al hipotecado. En esta clase también se incluiría aquellos que obtienen beneficios astronómicos y desmesurados por la venta de esos inmuebles (casi siempre son los mismos) y los empleadores que pagan poco y que fuerzan al hipotecado tener que cubrir ese gasto extra con dinero prestado de los hipotecados. Todos estos son el explotador de la nueva sociedad de clases, el que obtiene un beneficio extra por la necesidad de la clase sometida, la hipotecada.
- Clases hipotecadas: Son el otro lado del contrato. Aquellos que necesitan un dinero extra que no logran por su trabajo, y que tienen que pedir prestado a los hipotecantes, para poder cubrir el gasto del necesario y básico bien de la vivienda digna. Son aqeullos que, resignados, han de devolver luego ese dinero con una suma mucho mayor de la que obtuvieron, y durante el resto de sus vidas. En esta clase también se tendría que incluir al avalante. A veces es un hipotecado más, o lo fue, y se "rehipoteca" en favor de un amigo o familiar, porque claro, con tal suma de dinero a devolver, los hipotecantes necesitan un buen seguro de que recuperarán el dinero en caso de impago del hipotecado. En esta clase se encuentraría casi toda la clase media de más de 30 años (o 40) y con un proyecto de vida más estable.
- Clases no avaladas: Estos no están hipotecadas, pero no porque no quieran, sino que su propósito es tenerla. Claro está, no como fin último, sino como medio para obtener la ansiada vivienda. Pero a estos, la clase más baja, la clase hipotecante, temerosa de no recuperar el dinero, les pone tantas trabas y condiciones que resulta imposible que las puedan cumplir. Así que resignados se quedan con su necesidad básica insatisfecha. No existen para la clase hipotecante, bueno sí, son explotados laboralmente al estilo marxista. Estos son la clásica clase baja y los jóvenes de las clases medias, laboralmente explotados (bueno, becados), conocidos como mileuristas.

Estas clases ya se han formado, y con la crisis económica, se está entrando en la fase de lucha de clases de Marx...

martes, 7 de octubre de 2008

Ladrones de cuello blanco

Hay una terminología muy usada en el mundo de la ciencia política y la economía que diferencia entre empleo de cuello azul (ingenieros, arquitectos, ciencítificos, etc.) y empleo de cuello blanco (economistas, abogados, empleados de oficina en general). A su vez, tenemos los distintos tipos de ladrones, entre los que se encuentran los famosos ladrones de guante blanco, reconocidos como verdaderos criminales. Pero ahora os quiero hablar de un tipo de ladrón algo común pero cuya terminología es nueva: los ladrones de cuello blanco.
Ayer, cuando vi unas imágenes de la primera vista para un juicio sobre el caso Lehman Brothers, el juez preguntó al ex-consejero delegado (no sé exactamente qué cargo ocupaba) de la compañía hundida que si haber ganado 500 millones de dólares en unos pocos años le parecía justo, mientras tenían empleados cobrando míseros 7000$ anuales (míseros en EEUU). El hombre no respondió, se quedó mirando las gafas que se había quitado de su lustrosa cara mientras pensaba, ¿pero en qué? ¿Acaso sentía vergüenza? ¿O era más bien un sentiemiento de temor de "mierda, me han pillado"?
El problema de esto es que él no era el único directivo de una gran empresa americana con un sueldo superior al PIB de varios países africanos (es decir, una sola persona ganando más que todo un Estado a través de tributos, etc), sino que era algo casi regla general entre esas empresas de capital-riesgo, causantes de todo el berenjenal actual. Esa gente tenía un sueldo aprobado, un simple contrato de trabajo en regla y legal, que encima en caso de quiebra empresarial tenían unas cláusulas de indemnización aún mayores (de 110 millones de $ incluso). Esta noticia me llevó a pensar que realmente eran ladrones, seres que roban de manera legal, pues hacen la ley a su gusto, ya que sus colegas de fechorías son aquellos que tienen la potestas de hacer las leyes favorables a la eficiencia económica y la desigualdad consecuencia del mercado. Son seres que roban por la necesidad de saciar una codicia infinita, una manifestación en el ser humano de aquel que adora el capitalismo sobre todas las cosas, incluso sobre la justicia.
Son ladrones, sin duda, por mucho que diga la ley, su ley; pues eso no es justo, como recordó el juez. Son ladrones profesionales, legales. Son ladrones de cuello blanco.

viernes, 3 de octubre de 2008

Conflictos del mundo: Chipre

En las noticias sale últimamente los problemas de Georgia, Rusia y las regiones de Osetia del sur y Abjasia, pues es el conflicto fronterizo más caliente ahora mismo de los cercanos a Europa, no olvidemos que hay muchos conflictos por el planeta. Pero alrededor de Europa hay otros más: Chipre, Transdniester, Kosovo, Crimea, Karelia, Inghusetia, Nagorno Karabaj... Y otros más por el mundo: Puntland y Somaliland, Sudán del Sur, Sahara Occidental, Palestina, Cachemira, y muchos más.

Quiero empezar a explicar el conflicto de un país miembro de la UE, y que por ello nos atañe de forma más cercana. La República de Chipre, Estado miembro de la UE, es un Estado que no controla todo el territorio que teóricamente debería controla, pues al norte de la isla existe un estado de facto llamado República Turca del Norte de Chipre. La isla está formada desde hace siglos por una comunidad greco-chipriota y otra turco-chipriota que convivieron en una cierta paz o incluso en los últimos años del Imperio Otomano y mientras la isla fue colonia británica hasta 1964. Pero cuando logró la independencia las cosas también iban bien: un arzobispo ortodoxo se volvió primer ministro y resultó ser un poderoso miembro de los no-alineados en la guerra fría, y promovió la cultura chipriota como algo distinto de lo griego, incluyendo lo turco como parte integrante. Sin embargo, a partir de los 70 comenzó una época difícil, pues una Junta Militar cuasifascista gobernaba Grecia, y tenía planes de unificar la isla independiente a su territorio, ya que parte de los grecochipriotas así lo querían. Sin embargo, su rival de toda la vida -Turquía- se plantó de la forma más dura a ese posible proyecto e invadió el norte de la isla con el fin de proteger a los turcochipriotas. Ese ejército nunca se fue, y sivió de excusa para crear ese estado fantasma creado por la fuerza (entró sin pedir ninguna autorización a la ONU), expulsando a la comunidad griega del norte de la isla, y separando la ínsula en dos países culturalmente distintos. Sin embargo, la RTNC se ha considerado como un Estado gobernado por títeres turcos, y como un proyecto de expansionismo de un ultranacionalista ejército turco, muy podereoso en el país anatolio, y capaz de bloquear el reconocimiento del genocidio armenio.
Como nadie ha reconocido dicho país, pues se ha creado de forma ilegal (la Carta de Naciones Unidas prohíbe el reconocimiento de Estados creados por la fuerza, sobre todo si no son colonias, y sobre todo si hay injerencia de otro Estado).
Por ello, a la hora de entrar Chipre en la UE, se intentó que se resolviera este problema antes de su adhesión, sino, encontraríamos un caso en el que las normas comunitarias no se aplicarían en parte de su territorio. La ONU, al mando de Kofi Annan, intentó que aprobaran un plan para reunificar las dos partes de la isla en un nuevo Estado confederado de los dos Estados actuales. Se hicieron sendos referendums, y curiosamente, los turcochipriotas aceptaron el plan, mientras que los griegos lo rechazaron, pues les venía mejor intentar mantener su Estado y que la parte turca se incluyera en él. Es decir, no querían un Estado nuevo confederado, sino el suyo vigente de tipo centralizado con algunos matices para los turcos. A fin de cuentas, ellos tenían la llave de que el norte pudiera entrar en la UE.
Al no haberse aceptado, Chipre es una isla dividida, con un norte repleta de ejército turco, con una Nicosia separada por un muro al estilo Berlín, con fuerzas de la ONU vigilando posibles enfrentamientos, y en un vacío jurídico bastante tétrico, sobre todo para los turcochipriotas, ciudadanos comunitarios a fin de cuentas.