martes, 26 de febrero de 2008

Elecciones

Recupero el blog que antaño deje olvidado en un momento chungo que no veas: las elecciones generales al congreso. A pesar que esta vez logro escabullirme de la propaganda permanente, la superpoblación de siglas y de lemas por doquier, incluso en la nórdica Estocolmo llegan los debates políticos, la crispación, la movidilla política y el odio irracional al candidato al partido rival, pero en una versión edulcorada, cosa que se agradece. Porque la ventaja de esta crispación baja en calorías que tanto se puede parecer al día a día político sueco, es que permite la discusión, el debate, la empatía y la llegada a conclusiones, logrando así evitar el juego del arremeter al otro, al que tienes en frente y que piensa distinto a tí, que es más tonto porque no es como tú, es decir: un Mariñas vs Carmele en versión roja-azul (ahora dirán naranja) en vez de en rosa.
El debate de ayer me recordó todo aquello que se quedó en España, que no vino conmigo a Suecia, pero que, por coincidencias de una efervescente aldea global de las telecomunicaciones, llegó hasta mi habitación via internet por una web que un amigo me dijo. Este debate fue un resumen de 4 años, muchos dirían que tirados a la basura, otros que idos a perder, y otros optimistas que por fin hay una España que representa a todos. Sin embargo, lo de ayer fue interesante a la vez que humillante.
Por qué fue interesante? Porque eran dos posibles jefes de gobierno de España, que quieras o no, amigo/a mío/a, influye más de lo que crees en nuestros quehaceres cotidianos. Fue interesante porque hicieron un resumen de las cosas hechas y no hechas por el gobierno, y por la oposición. Fue interesante porque demostró el grado de incompatibilidad que hay en algunos temas.
Por qué fue humillante? Hace falta decirlo? Vimos como se cortaban el uno al otro, se insultaban, mentían, negaban evidecncias, etc. Decían que representaban España, pero solo se salvaban el culo el uno al otro. Sin embargo, hay que decir que, de forma innegable, el señor Rajoy se le fue la mano. No neguemos que Zapatero tampoco fue una hermanita, ya que interrumpió bastante, pero siempre bajo mentiras del lider del PP, que, como estos 4 años, no cambió de estrategia y siguió mintiendo, alegando que el otro era el mentiroso, y que incluso habia agredido a las victimas del terrorismo. Bueno, esa estrategia, si la hubiera hecho el PSOE, espero hubiera sido igual de criticada, porque NADIE puede jugar así con el debate político, alterando como si fuera un mero acto propagandístico más al estilo de Goebbles que a ninguna otra cosa.
Tambien fue humillante por la ausencia de pluralismo, por el fomento del "estás conmigo o contra mí" (es decir, crispación), y por la desaparición de otras alternativas políticas. Como es muy difícil incluir el sinfín de partidos que se presentan por cada provincia (cosa que sería democráticamente ideal pero de mucha dificultad), al menos alteremos algo las reglas del juego para que sea lo más democrático posible dentro, redundando, de la posibilidad. Incluir a otros partidos de caracter parlamentario que tengan perspectivas políticas de estado sería lo suyo. Ahora mismo es IU, pero en un futuro podrían ser más (Ciudadanos, UPyD?). Fue triste que se cerrara las puertas al multipartidismo, mucho más democrático, y tan factible en eficacia política (gobernanza) que el bipartidismo, que, además de exarcebar la crispación, cierra las puertas a distintas ideas, reduce mucho la posible rendición de cuentas de un mal gobierno (la única alternativa puede ser esa otra que también odiamos), y hace de la política de acuerdos un tema más oscuro y escabrosos, pues dos grandes partidos también tienen sus "grupos o familias" ideológicas, que tienen sus luchas de poder internas.
Por este fomento del bipartidismo y por la ausencia de lealtad política, ya no solo al adversario, sino también a los ciudadanos, el debate de ayer fue algo que humilló más que interesó.
No sabremos claramente quién habrá ganado el debate, pero sabemos quién perdió: los ciudadanos.